martes, 18 de febrero de 2014

El 2014, año de Julio Cortázar

Las voces  de algunos de los escritores latinoamericanos más influyentes del siglo XX renacen en este 2014. Entre estos Julio Cortázar que, primero repite en la pagina, y ,segundo vuelve por sus 30 años de  fallecido y 100 años de nacimiento con el libro Cortázar de la A a la Z:

Cortázar de la A a la Z, un libro para cronopios devotos

Un inclasificable y emotivo volumen recorre la vida y la obra del escritor

Juan Carlos Onetti, Gabriel García Márquez y Alfredo Bryce Echenique 
dijeron al unísono hace años que ellos escribían para que les quisieran más. 
Julio Cortázar no lo dijo, pero lo consiguió. 
“Queremos tanto a Julio”, rezaba una campaña editorial que recuperó 
su obra en los noventa. Y la devoción por el autor de Rayuela, cuyo 
centenario se celebra este 2014, ha ido en aumento.
Acaso el monumento más concreto de ese amor por Julio es un libro 
que ahora llega a las librerías, Cortázar de la A a la Z. 
Un álbum biográfico (Alfaguara), compilado por Aurora Bernárdez, 
viuda y albacea del escritor argentino nacido en Bruselas (1914) y 
muerto en París (1984), y Carles Álvarez, que con ella ha trabajado en 
estos años en la clasificación y publicación de cartas y otros 
testimonios literarios de Julio Cortázar. El diseño es de Sergio Kern, 
que interpretó, dice Carles Álvarez, el sentido del ritmo que tiene el 
libro, y una aspiración: “Que se pudiera leer en el metro”.


Continua en el siguiente link: http://cafedelosaboresbibliofilos.blogspot.com/2014/01/cortazar-de-la-a-la-z-un-libro-para.html

El libro ya se encuentra en librerías. 
Aparte, un vídeo de Cortázar en su voz y una pagina con 40 cuentos del escritor (después del vídeo):


Julio Cortázar: Textos en su voz - No, no y no




La pagina de los cuentos, incluido el que publico "Instrucciones para subir una escalera:

http://guialiteraria.blogspot.com/2013/08/cuentos-julio-cortazar-online.html?m=1

Instrucciones para subir una escalera

Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.



Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).



Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.


FIN

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